Recuerdo la primera vez en la cual me subí a un caballo. No paraba de llorar y suplicar que me bajaran de allí. Y, sin embargo, al volver a casa, pedí a mis padres que me apuntaran a clase. Más de 20 años después, es mi deporte, mi pasión y mi trabajo.
Contra todo pronóstico descubrí la hípica más tarde que la mayoría de los profesionales de la equitación, soy una aficionada tardía. Sin embargo, en cuanto me enganché no pude dejar de pensar en los caballos. Empecé la competición a los 14 años, y todo cambió entonces. Cuando mis amigos pensaban en las fiestas del fin de semana, yo planeaba concursos o entrenamiento.
Tenía claro que mi futuro estaba en la hípica. Pero mis padres no lo veían así: “la hípica es un deporte, un ocio, no puede ser tu trabajo. Lo primero estudiar, y luego montar”. Entré en la universidad… Pero como la manzana nunca cae lejos del árbol, elegí INEF, universidad del deporte, especialidad marketing y management deportivo. La gestión de proyecto deportivo no fue una casualidad para mí. De pequeña pasaba mi tiempo entre los eventos que organizaba mi madre y el despacho de mi padre, director de centros deportivos. Es naturalmente que el camino me llevó hacia la organización de proyectos relacionados con el deporte.
Pero nunca me había sentido atraída por el entrenamiento deportivo, hasta un examen, una asignatura que apenas había estudiado, puesto que era una optativa y no me resultaba de mucho interés: entrenamiento deportivo. La pregunta era sobre cómo conocer y optimizar el estado físico de un atleta. Siendo estudiante en INEF podríamos pensar que esta pregunta era muy fácil para mí, pues para nada. Me había especializado en management deportivo, no en entrenamiento. Lo recuerdo perfectamente, tras 1 hora buscando una manera de no entregar una copia en blanco, se me ocurrió una idea: un test de esfuerzo para caballo. No tenía ni idea de cómo hacerlo, ni si era viable, pero lo intenté. Estaba tan inspirada que me faltó tiempo para terminar el examen…
A partir de este momento, dediqué una gran parte de mi tiempo a estudiar la fisiología del esfuerzo en caballo y en cómo entender y optimizar la forma física de este magnífico atleta. En este sentido, cursé en 2013 el Master de Alto Rendimiento del Comité Olímpico Español, lo que me brindó la oportunidad de iniciarme a la investigación deportiva.
En paralelo a mis estudios desarrollé mi actividad profesional como profesora de equitación, y rápidamente me especialicé en la preparación física y entrenamiento de alto rendimiento.
El confinamiento de 2020 fue la ocasión de redefinir mis objetivos y sobre todo de atreverme a hacer realidad los proyectos que se iban construyendo en mi cabeza. Lo que realmente me impulsó para dar el paso final, fue mi encuentro con Alicia Pradillo, veterinaria especializada en preparación física equina. Casualidad o destino, ambas habíamos estudiado el máster del COE, en años diferentes y según un punto de vista diferente: veterinario y entrenamiento.
En septiembre de 2020 lanzamos nuestro primer proyecto de investigación: Jinetes y Ciencia se encuentran. Un estudio pionero en España, una forma diferente de ver y presentar la ciencia. Los resultados sobrepasaron nuestras expectativas, decidimos seguir. Y en septiembre de 2021 dimos luz a nuestro proyecto común: PideEquus, Proyectos de Innovación y Desarrollo en Equitación.
¿Por qué PideEquus?
El mundo de la hípica se encuentra en un cruce de caminos. Por una parte, el nivel sube, las exigencias competitivas son cada vez más importantes, pero paradojalmente el número de accidentes graves aumenta. Por otro lado, lo que ayer era un microcosmos que únicamente los aficionados y conocidos compartían, hoy es un deporte, una actividad, un ocio, que todos pueden ver y compartir en redes sociales. La repetición de accidentes graves comprometiendo la integridad física del caballo o abusos que afectan al bienestar animal están cada vez más denunciados y señalados.
Y es muy contradictorio, porque los profesionales de los caballos amamos a los caballos, profundamente. Que hagamos competición u ocio, que seamos veterinario o profesor, si hemos decidido dedicarnos al mundo de la hípica es por amor al caballo. Por lo tanto, es muy difícil para un profesional de la hípica ver como se está asemejando nuestra actividad a un maltrato hacia el animal.
No obstante, es cierto que el uso que tenemos del caballo no es natural. Tendemos a “desnaturalizar” al caballo. Animal nómada y gregario por naturaleza, lo hemos encerrado en un box y alejado de sus congéneres. ¿Las técnicas de entrenamiento? Las de toda la vida, porque siempre se ha hecho así. La cultura ecuestre sigue una ancestral tradición oral, los métodos se pasan de boca a boca. Prevale la experiencia, el método empírico. Esto es la equitación del siglo XX, y fue un error, considerar la hípica únicamente como un arte y oponerla a la ciencia.
Esto es el objetivo de PideEquus: explicar la hípica a través de la ciencia, dar una respuesta racional, objetiva. Porque “arte y ciencia se complementan. Si el arte es suficiente para exhibirse, la ciencia es necesaria para instruir”. (Jean Licart)
Desde PideEquus ofrecemos una respuesta diferente, una respuesta que funciona. Muchos son los jinetes que tiraron la toalla porque los métodos tradiciones no respondían a sus necesidades, no se adecuaban a las necesidades del caballo, o sencillamente no cuadran con su forma de ver el caballo. Desde PideEquus queremos acabar con los “siempre se ha hecho así”, porque es tiempo de cambiar la imagen de la hípica, queremos modernizar la equitación, queremos una equitación ética, sostenible, respetuosa y competitiva, porque uno no impide lo otro.
PideEquus responde a una realidad, a una demanda real de los actores de la equitación.
En 2020, cuando empezamos con nuestra primera investigación, nos dimos cuenta de que los jinetes querían saber más, querían conocer mejor su caballo, mejorar su rendimiento sí, pero no a cualquier precio. Desde que empezamos en esta aventura muchos acudieron a nosotras con preguntas que hasta ahora se habían quedado sin resolver. Por eso decidimos seguir adelante, porque nos dimos cuenta de que investigar, divulgar y formar en el ámbito de la preparación física equina es una necesidad y sobre todo una exigencia por parte de los jinetes.
Ser únicos, innovadores o diferentes es fundamental
Profesionales de la hípica, hay muchos. Pero lo que nos hace únicas es nuestra visión 360º de la equitación, con proyectos orientados hacia el I+D+i.
La equitación dispone de un amplio catálogo de profesionales que se dedican al entrenamiento, la rehabilitación, el bienestar, … Pero ninguno ofrece una visión pluridisciplinar, ven el caballo a través de su único filtro. Nosotras proponemos una oferta más amplia, complementaria: observamos el caballo de una forma veterinaria y aplicamos métodos de entrenamiento. Queremos racionalizar y personalizar el entrenamiento del caballo. No podemos tratar la especificidad de la hípica desde la excepción: es un deporte con sus características propias, y como tal lo tenemos que considerar, ofreciéndole las mismas herramientas que en otras modalidades deportivas. Para ello realizamos test de esfuerzo específicos para caballo según disciplinas. Sabemos interpretar los resultados y diseñar plan de entrenamientos adecuado al caballo, a la disciplina y nivel de exigencias.
Ofrecemos una respuesta diferente, otro punto de vista para explicar las dificultades que pueden encontrar los jinetes. Proponemos herramientas que acaban con entrenamientos a ojo y sin foco. Que nos ayudan a relacionar sensaciones con lo que realmente ocurre, y que nos permiten ser más efectivos y menos lesivos con nuestros caballos.
Nuestra complementariedad es claramente nuestro punto fuerte, ya que permite hacer el puente entre el mundo veterinario y el de los jinetes. Siendo yo misma jinete y entrenadora, los jinetes confían en mí, saben que entiendo su punto de vista, y, por lo tanto, hay confianza. Hay confianza porque los clientes saben que hemos vivido sus problemas. Como todos los jinetes hemos pasado por el proceso de ver cómo se viene abajo un caballo o se queda cojo “de repente” y todo nuestros esfuerzos se pierden en un momento. Hemos perdido caballos solo por no saber enfocar su preparación física. Ahora sabemos anticipar el problema porque hemos buscado las soluciones correctas que sirven a largo plazo.
En PideEquus solemos decir que somos afinadoras de caballo: le escuchamos para saber de dónde desafina, le escuchamos para entenderlo, y ayudarle a hacer frente al trabajo, a desarrollar su potencial, a sentirse bien, a tener más confianza.
El mundo de la preparación física equina es un mundo por descubrir, con lo cual no paramos nunca de hacernos preguntas, y siempre estamos pensando en nuevas investigaciones para responder a las interrogaciones que aún no nos hemos planteado.